¿Con ganas de salir de fin de semana pero sin saber a dónde ir? Entonces tienes que conocer uno de mis pueblos favoritos de México, Peña de Bernal.
Peña de Bernal se encuentra en el estado de Querétaro, a unos 57kms de la ciudad de Querétaro, México. En 2006, pasó a formar parte de los famosos «Pueblos Mágicos» del país, gracias a su antigua y pintoresca arquitectura colonial. Este pueblo es famoso por su peña, considerada el tercer monolito más grande del mundo. Pero además de eso, el pueblo tiene un encanto que enamora a aventureros y familias enteras, gracias a sus coloridas calles, su arquitectura colonial y su gastronomía tradicional. Aunque Peña de Bernal es pequeño, estas son las cinco cosas que no te puedes perder:
TEMPLO DE SAN SEBASTIÁN
Este templo se construyó en el siglo XVIII en la plaza principal del pueblo, y está dedicado a San Sebastián del Mártir. Su arquitectura no está muy definida, pero en el campanario se visualizan detalles indígenas.
EL CASTILLO
A un lado de la plaza principal, se encuentra este inmueble de arquitectura virreinal. En su torre frontal se encuentra un reloj alemán, instalado por órdenes del presidente Porfirio Díaz. Hoy en día, el Castillo alberga las oficinas de la Delegación Municipal y el Museo de la Máscara, en donde se exhiben máscaras de diversas regiones del país.
CASA MUSEO DEL DULCE
Para el foodie que llevas dentro, que quiere conocer cómo se fabrican los dulces a base de leche de cabra, tradicionales de Bernal. El recorrido inicia en la cocina para explicarte cómo empezó la tradición, cómo evolucionó al momento de La Conquista y su elaboración hoy en día. ¡Prepárate para llevarte unas piezas a casa!
LA PEÑA DE BERNAL
Ahora sí, la actividad principal. Este monolito se formó hace millones de años, gracias a la lava solidificada del antiguo volcán. Gracias a esto, la peña tiene diferentes rutas y acantilados para escalar o hacer rappel. Si quieres hacerlo de esta forma, te recomiendo buscar un blog del tema, ya que se necesita la condición y el equipo necesario.
Si lo tuyo no son los deportes extremos, puedes subir de la forma tradicional e igual disfrutar de las impactantes vistas. El punto de ascenso se encuentra a media hora caminando del centro de Bernal, ahí, encontrarás una pequeña cabaña donde registrarte antes de subir. En promedio el ascenso toma una hora, pero depende del ritmo de tu condición física. Aunque el último tramo es el más difícil al estar más empinado, una vez que llegas a la cima, ¡todo habrá valido la pena! Las vistas de la ciudad y sus alrededores enamoran. Aprovecha para descansar y recargarte de energía positiva, ya que los habitantes de la zona aseguran que la peña, tiene elementos energéticos desde hace millones de años.
Para subir te recomiendo llevar: ropa cómoda, tenis o calzado óptimo para suelo rocoso, agua y botanas energéticas como nueces o frutas secas.
PASEA, PASEA, PASEA
Como todos los pueblos, la belleza está en su gente y en sus pequeños detalles. Además de su arquitectura, aprovecha para caminar mientras admiras la Peña de Bernal desde diferentes ángulos y tonalidades. La localidad de Bernal tiene diversos locales y mercados de artesanías, sobre todo puedes encontrar productos de lana y manta.
DÓNDE HOSPEDARSE
Lo que me gusta de Bernal, es que puedes encontrar hospedaje de todo tipo, desde una económica posada hasta un hotel spa para relajarte. Echa un vistazo a Booking, y selecciona el hotel que más te convenga, de acuerdo a tu presupuesto.
CÓMO LLEGAR
Si vienes del extranjero, puedes llegar al aeropuerto de la Ciudad de México o al aeropuerto Internacional de Querétaro. Una vez en cualquiera de las dos ciudades, puedes rentar un coche (directamente en el aeropuerto) o ir en autobús.
- Desde CDMX: En la terminal de autobuses de la Central del Norte toma el camión con dirección a Ezequiel Bernal. Una vez ahí, toma un autobús foráneo que vaya hacía Toliman y pide bajar en el poblado de Bernal.
- Desde Santiago de Querétaro: En la sección B de la central de autobuses, toma el camión directo a Bernal.
Creadora y Editora de Petite Touriste. Hace cinco años decidí que quería un trabajo que me permitiera recorrer el mundo. Hoy, comparto mis experiencias y ayudo a otras personas a alcanzar sus sueños.