El viaje por Salento fue uno de mis recorridos favoritos por Italia (aunque siempre digo lo mismo en cada destino nuevo ja). Recuerdo que regresábamos de un día agotador en la playa, donde ponerme bloqueador era mi mayor preocupación; como siempre con la cara en la ventana para disfrutar del viento y para no perderme ni un solo detalle de la carretera. Perdidos entre cultivos de olivos, dejamos de estresarnos por el GPS para disfrutar del paisaje, hasta que poco a poco nos fuimos acercando a Diso. Diso es un pueblo medieval localizado en Salento, a unos pocos kilómetros de la costa. Aunque en menos de 10 minutos terminas de recorrerlo, siempre es como si te trasladaras a otra época.
Pocos son los hoteles que merecen una reseña completa, pero cuando lo valen me esmero por tomar fotos que transmitan la elegancia, el buen trato y la energía positiva que se vive en el lugar. Con la maleta en mano tocamos ese enorme portón de madera que resguardaba nuestro destino. Salió Lucía con una enorme sonrisa a saludarnos, y al verme noté su cara de preocupación por no saber como comunicarse conmigo. Pero nada que mi italiano básico y su italo-inglés no pudieran resolver. Atravesamos un largo pasillo lleno de cactáceas y colores vibrantes para llegar a nuestra habitación.
Después de unos minutos de presentación y trámites administrativos, Lucía nos dijo que se tenía que ir (pobre, solo nos estaba esperando) pero que estábamos en nuestra casa, ¡y vaya que sí! Nos dejó las llaves en caso de que tuviéramos que salir y el resto de la casona estaba a nuestra disposición. Locanda Fiore di Zagara sería nuestro hogar por un par de días. Por supuesto, en menos de un segundo ya la estaba recorriendo de arriba a abajo jugando con cualquier puerta/interruptor que encontraba a mi paso, hasta encontrar mi espacio favorito para pasar la noche: una segunda sala con sofás de piel y una luz amarilla tenue que me invitaba a tomar una cobijita y leer hasta quedarme dormida.
A partir de las 8am el desayuno está servido, ya sea que lo tomes en el comedor o salgas a alguna mesa de la terraza. Como buen desayuno italiano, tienen café, té, fruta y pan dulce típico de la región en versión mini para que puedas probar todos. Durante el día, puedes quedarte en la casa y disfrutar del sol en la alberca o ir a su casa de playa (obvio esto es lo que más recomiendo). La casa de playa se encuentra entre Castro Marina y Marina Marittima, y conforme empiezas a bajar los escalones de lugar, el Mar Adriático se abre paso. Colores turquesas, paisaje desértico y rocoso es lo que se ve al horizonte.
El espacio es de lo más friendly con el entorno y hay camastros para todos los gustos, frente al mar o bajo la sombra de un árbol. Toma en cuenta que el agua del mar es muy profunda, así que no es la mejor opción si tienes niños y no llevan salvavidas o flotadores. Su menú es conciso y te dejará satisfecho, lo único malo es que debes pagar en efectivo y si eres igual de desprevenido que nosotros, vas a tener que dar una vuelta en el pueblo vecino para poder encontrar un cajero.
Si quieres que tus días de descanso sean en un hotel boutique de alta calidad, sin duda Locanda Fiore di Zagara es tu opción. Toma en cuenta que la noche cuesta alrededor de los 140€, dependiendo de la temporada. No, este no es un post pagado y el hotel tampoco me paga por reserva, solo quería compartir con ustedes este hermoso lugar porque sé lo difícil que puede ser encontrar un buen hotel. Además, su ubicación te permite explorar pueblos y playas en la cercanía. Si vas, ¡no olvides contarme que tal estuvo tu estadía!
Creadora y Editora de Petite Touriste. Hace cinco años decidí que quería un trabajo que me permitiera recorrer el mundo. Hoy, comparto mis experiencias y ayudo a otras personas a alcanzar sus sueños.